tomada de Laflecha.co
Tamaña sorpresa se llevaron las autoridades de Lorica, cuando en medio de unas inspecciones de control sanitario a los prostíbulos, encontraron que las chicas que venden su cuerpo son venezolanas, todas indocumentadas.
En los seis cabaret visitados, todos los documentos estaban vencidos, otros no tenían siquiera permiso de funcionamiento. Luego vino la revisión de las instalaciones: camarotes maltrechos y baños en pésimas condiciones sanitarias
En los patios y cuartos un grupo de ‘nenas’ se mantenía resguardado para evitar el requerimiento oficial para ese tipo de actividad. Su acento llamó la atención de los policías que acompañaron la diligencia. Sus temores se acrecentaron cuando les pidieron sus documentos de identidad.
Los papeles revelaron su procedencia al otro lado de la frontera: Venezuela. Al momento de solicitarles pasaporte, ninguna lo aportó, menos el certificado de sanidad que expide la autoridad de salud local.
Se estima que la estadía de las trabajadoras sexuales en la ciudad podría ser desde marzo de 2016. Salieron de su país en busca de una mejor vida y se emplearon en esos prostíbulos llamados de mala muerte.
Algunas se resistieron a presentarse. Alegaban que si en la frontera no les impidieron el paso a Colombia sin pedirles documentos, ¿por qué ahora sí querían negarles su derecho al trabajo?
El grupo de ‘nenas’ venezolanas fue reportado a migración para procedimientos de deportación. A los propietarios de los cabaret les dieron treinta días para el proceso de legalización y acreditación legal, además de adecuar las deplorables instalaciones en que atendían a los clientes ávidos de momentos de placer con trabajadoras sexuales extranjeras, posiblemente por la apremiante necesidad.