Mientras que en otras poblaciones el sacerdote es el encargado de unir a la comunidad y zanjar sus diferencias, en Arroyo De Piedra Atlántico el párroco es la manzana de la discordia. Desde que anunció que de su cuenta bancaria habían sustraído 87 millones de pesos destinados a la reconstrucción de la iglesia del pueblo, el cura se convirtió en motivo de división y disputa entre la feligresía.
Anoche mientras un grupo de personas marchaba con antorchas en las manos, reclamando la renuncia del sacerdote, otros habitantes del corregimiento se reunieron en la improvisada iglesia para escuchar la eucaristía y pedirle a Dios que el padre Marco Tulio Rodelo se quedara liderando la parroquia.
Los contradictores del religioso marcharon por las calles de la población gritando: “que se valla, que se valla”, al mismo tiempo, bajo una carpa ubicada al lado de las ruinas de la antigua iglesia los que respaldan al clérigo pedían: “que se quede, que se quede”
Pablo Emilio Roca, quien marchó cargando una pancarta en la que se leía: “el cura no tiene cura” dijo que el eclesiástico debe abandonar cuanto antes la población. “No lo queremos aquí, se robó la plata, él es una persona no grata en Arroyo De Piedra” manifestó el hombre mientras agitaba la pancarta en medio de una de las calles sin pavimentar de la localidad.
Por su parte el cura del pueblo se defendió diciendo que las personas que protestaron en su contra no profesan la religión católica. “Es un grupo minúsculo, no vienen nunca a misa son de otra religión y lo que quieren es desestabilizar la población”
Lo cierto es que en Arroyo De Piedra ya no se reza un padre nuestro sin que se genere una discusión. Por ahora el pueblo permanece militarizado para evitar alteraciones al orden público porque cada vez con más grandes las diferencias entre los feligreses que le dan su bendición al padre Marco Tulio y los que no comulgan con el cura.