Visiblemente alterados los habitantes de los conjuntos residenciales localizados en el sector de Miramar le pedían a la policía que capturara a un conductor que en aparente estado de embriaguez había causado un accidente en los alrededores del centro comercial de este barrio del norte de Barranquilla.
El hombre estaba acompañado por unas 20 personas que acaban de salir de una discoteca después de celebrar la fiesta de fin de año de una conocida empresa de Barranquilla. Sin embargo, a pocos minutos de empezar a conducir, el sujeto al parecer bajo los efectos del alcohol ocasionó un accidente chocando con su camioneta un vehículo Kia Picanto, en el cual se transportaba una familia. Dos niños resultaron heridos y fueron remitidos a centros asistenciales cercanos al sitio del accidente.
En medio de forcejeos e insultos por parte de la comunidad la policía capturó al sujeto quien al notar la presencia de la autoridad pidió un chicle tratando de engañar con su aliento a los uniformados. Los compañeros del detenido gritaban palabras de grueso calibre contra la policía y contra los vecinos que exigían que cayera todo el peso de la ley sobre el irresponsable que después de celebrar a las anchas panchas, le dañó la navidad a dos inocentes niños.