En un operativo realizado en conjunto por el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), las Fuerzas Militares y la Policía Nacional fueron capturadas 4 personas en los municipios de San Pablo (Sur de Bolívar) y Remedios (Antioquia).
A los 4 presuntos responsables se les imputó los delitos de daños en los recursos naturales, contaminación ambiental culposa por explotación de yacimiento minero o hidrocarburo, y explotación ilícita de yacimiento minero y otros materiales.
La investigación adelantada por un Fiscal del Eje Temático de Protección a los Recursos Naturales, de la Dirección de Fiscalía Nacionales, se realizó en el marco de la estrategia del Fiscal General, para combatir la minería criminal, logrando afectar la fuente de financiación de esta organización criminal, que operaba en una zona de alta influencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En las audiencias preliminares realizadas en Barrancabermeja (Santander). La Fiscalía solicitó medida privativa de la libertad de los 4 capturados, quienes se allanaron a cargos.
En los operativos se impactaron 5 coordenadas distribuidas en el Río Tamar (Bolívar) y Quebrada Manila (Antioquia) donde se encontraron 5 excavadoras, de las cuales fueron destruidas 3, avaluadas en 800 millones de pesos, cada una; 22 dragas, de las cuales fueron destruidas 12, avaluadas en 300 millones de pesos, cada una; y una escopeta.
Durante el peritaje, realizado por expertos investigadores del CTI en la zona, se estableció que existían metales pesados como el mercurio, arsénico, níquel, entre otros, en cuerpos de agua y en el subsuelo, los cuales causan graves daños a la salud.
De acuerdo con el perito, «no todo lo que se descarga es mercurio, la problemática de la contaminación ambiental de la minería aurífera es la biodisponibilidad, además del mercurio, es la incorporación de metales como el arsénico, cadmio y níquel; metáles tóxicos que se encuentran en las capas internas del suelo y por procesos de lixiviación, potencializados por la pérdida de cobertura vegetal, inevitablemente serán incorporados al recurso hídrico».
«Estos metales que se usan en los cánalos de amalgamación para extraer el oro, se vuelven biodisipables en el ambiente, convirtiéndose en mercurio orgánico, afectando la cadena alimenticia, desde peces hasta seres humanos, entre otras especies», aseguró el experto ambientalista del CTI.
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