Un insólito cobro por una carrera de Uber que debía costar $ 8 mil pesos, se hizo en $ 500 mil a Ronald Jiménez, un empleado de una entidad bancaria en Barranquilla.
La empresa argumenta que el cliente realizó daños en el vehículo que lo transportó el miércoles 12 de marzo por la mañana, pero el reajuste de la tarifa se hizo apenas efectiva una semana después.
“Les realicé el reclamo y me dicen que la culpa es mía porque realicé daños al conductor y que debo pagarlos, simplemente así, que por un rayón. Llevo tres reclamos en el día de hoy y se reafirman en su posición” dijo Ronal Jimenez, quien se encuentra desesperado. La firma no tiene oficina física en Barranquilla y no tiene idea a quién reclamarle